La segunda mitad de la temporada ha comenzado. Después de dos largos meses de espera, acompañados por la desesperación, la curiosidad infinita y la falta de nuestros personajes favoritos, por fin podemos disfrutar de un nuevo episodio de The Walking Dead.
El comienzo no podía ser mejor, un claro homenaje al capítulo piloto de la serie, que por cierto todos recordamos. El tanque fatídico, una vez más rodeado de zombies, un arma que ha sido utilizada tanto por Rick (como refugio temporal) , tanto por parte del gobernador para causar una carnicería.
La prisión es ahora un recuerdo lejano, un lugar rodeado de humo y escombros, la clara pérdida de la supervivencia. Un déjà vu continuo nos acompaña a lo largo de la duración del episodio, comenzando con Michonne, que deben obtener su fiel escolta zombie. La espada sigue siendo su fiel amiga, incluso cuando tiene que conducir en la cabeza de un "Hershel zombificado", aceptando así con el amor y la tristeza la pérdida de un guía. Rick y Carl están buscando suministros y un lugar seguro para pasar la noche, mientras que los otros? No tenemos noticias y vivimos en duda, como nuestros protagonistas .
La relación entre padre e hijo es sin duda el tema central de este episodio. Carl piensa que él es un hombre maduro, seguro de sí mismo y las opciones realizadas durante el viaje con su padre. No pude dejar de notar la presunción absoluta de este muchacho, que se cree el hombre del mundo, es lo que se repite a lo largo de la duración del episodio. Él quiere a toda costa hacer hincapié en este concepto y lo hace en función desde la derrota de los zombies.
Cualquiera ocasión es buena para entender su superioridad. Trata a su padre, como le conviene, pronunciando sólo cuando es inconsciente de lo que dice, está seguro de que tiene el coraje de enfrentarse, a vivir su vida sin él "Yo no te necesito más, no necesito que me protejas." Estas son las palabras que le dice a su padre. Pero se caen como un castillo de naipes en el final del episodio. Rick tiene que soportar no sólo las sentencias de un hijo matón, aun invocando el nombre de Shane, pero también debe aceptar la pérdida de un hombre que fue un apoyo para él, un amigo. Los diálogos y situaciones que vemos entre padre e hijo, sin embargo, son fieles al cómic: la escena del espejo, la imprudencia de Rick, la lucha con los zombis y la desesperación final de Carl son todos elementos que tuve el placer de ver en esta episodio.
Otro elemento importante de este episodio es definitivamente el pasado Michonne. A través de un flashback vemos a una mujer completamente diferente, sonriendo. Estamos en Georgia, justo antes de la epidemia, donde nuestra Michonne está en la cocina con su inseparable katana. ¿Qué mejor manera de preparar la cena? Con ella están: Mike (su novio), Terry (su amigo) y .. su hijo.
Además, todos recordamos la escena con la pequeña Judith, que nos había mostrado un nuevo lado de ella, dejando que nos imaginamos la pérdida de un hijo. Michonne nos ha demostrado no sólo su fragilidad total, pero también su fuerza. En el monólogo final, nos da a entender no sólo su cambio, también la dificultad de tener que vivir cada día sin ser una madre, sin tener a alguien que te ame. "Abre los ojos" La fuerza de los hallazgos en su camino junto a los zombies, hacen que se deje de ser una pieza andante de la masacre, todavía tiene una oportunidad para vivir. Decide seguir las huellas dejadas por Carl, encontrándose cara a cara con el que está más cerca de su corazón.
En conclusión un buen capítulo donde Rick reconoce que hijo ya es un hombre. A pesar de esto, los últimos minutos del episodio logra arrebatarle una sonrisa con el remate final (cuando Michonne llama a la puerta): Y le dice a Carl "es para ti. "
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